Negocios con sentido del humor

Hoy recordé un artículo que leí hace tiempo donde relacionaban el humor con la forma de hacer negocios o el éxito en las relaciones empresariales. Al comentarle al respecto a mi esposa me preguntó que cómo soy capaz de saber y sobre todo recordar tantas cosas inútiles – como esto que leí hace años – y me imagino que tiene relación con situaciones que escuchas, ves o lees, y que por alguna razón extraordinaria se te quedan grabadas en el subconsciente. Recuerdo que era muy bueno, así que me di a la tarea de buscarlo.

¿CUÁNTO IMPACTO TIENE EL SENTIDO DEL HUMOR EN EL RENDIMIENTO EMPRESARIAL DE NUESTROS EJECUTIVOS Y DE NOSOTROS MISMOS?

El sentido del humor tiene un impacto relevante en nuestra forma de enfrentar las diversas situaciones de negocio. El artículo que leí y retomé precisamente como una idea generada por el comentario de Jenny, lo escribió Fabio Sala hace ya bastantes años. Este investigador de Boston realizó un estudio para demostrar que el humor sirve como un catalizador importante en el desempeño de las organizaciones al reducir la hostilidad del ambiente, aliviar las tensiones, mejorar el estado de ánimo de las personas y facilitar la comunicación incluso en temas difíciles.

Sala buscó demostrar lo que intuitivamente podríamos determinar: el personal con sentido del humor se desempeña mejor que el resto. Así que tomó una muestra de ejecutivos de una empresa grande. La mitad de ellos había tenido un desempeño descrito por sus superiores como sobresaliente y la otra mitad fue calificada como promedio. Cada uno de los grupos fue sometido a una entrevista en la cual se midieron las cualidades asociadas a un buen desempeño profesional como tenacidad, perseverancia, fijación de metas, experiencia y otros factores; pero adicionalmente a ello se evaluó también el número de pronunciamientos humorísticos de los entrevistados durante la sesión y calificando estos en humor positivo, negativo o neutro.

El humor positivo se utiliza generalmente como una crítica, el humor negativo como una forma de rebajar a un colega o a un superior, y el humor neutro para señalar cosas absurdas o simpáticas.

Uno de los resultados de este análisis es que los ejecutivos sobresalientes usaron el humor más del doble del grupo de ejecutivos promedio: 17.8 veces por hora contra 7.5 veces. La mayor parte de las veces el humor fue positivo o neutro, pero también utilizaron más veces el humor negativo que el promedio.

Sala también relaciona el humor contra las compensaciones, llegando a demostrar que éstas y los bonos son mayores en función de la simpatía de los ejecutivos. ¿Qué hizo para esto? En dos grupos de hombres y mujeres, durante sus entrevistas de selección para una empresa, midieron las veces que utilizaban el humor y las compararon con su desempeño al cabo de un año. ¿El resultado? Aquellos ejecutivos que habían utilizado el humor más veces al cabo de un año habían tenido mejor desempeño y habían recibido mayores compensaciones que los otros.

Seguramente ahora se estará preguntando si tendrá que aprenderse el repertorio de Franco Escamilla antes de ir a una entrevista de trabajo, o si es necesario ser el chistoso del grupo para que sus compensaciones y sueldo sean mejores a lo largo del tiempo. La respuesta es que la relación no es tan simple como causa efecto. Sala señala en el estudio que esta característica humorística tiene que ver más con la inteligencia emocional de los ejecutivos. Daniel Goleman, el gurú de la inteligencia emocional, sostiene que los líderes destacados comparten una alta inteligencia emocional compuesta entre otros por un gran conocimiento de sí mismos y de una capacidad excepcional de empatía, que son esenciales para el humor y que pueden hacer la diferencia entre un comentario jocoso y una broma desafortunada.

Ahora, haciendo una diferencia entre el uso del humor por género, resulta que las mujeres tienden hacia un humor más positivo o neutro y los hombres hacia un humor más negativo, un humor que rebaja. Nuestros chistes y comentarios son más hirientes; basta echar una repasada a los chistes que utilizamos, no sólo aquellos con carácter sexista o discriminatorio. No soy psicólogo pero debe tener relación con nuestra propia búsqueda por afianzar un estatus jerárquico en contra parte de las mujeres que no buscan defender tradicionalmente esa posición.

En resumen, de este análisis podemos sacar conclusiones interesantes:

  1. La próxima vez que entreviste a una persona para ocupar un puesto dentro de su organización, considere evaluar su manejo del humor y las características del mismo. De acuerdo a lo anterior, los resultados futuros de su nuevo colaborador guardan una relación directa entre las carcajadas y su desempeño.
  2. Promueva en su organización la risa, el chiste y la carcajada amena, sirve como relajante, calma la tensión y facilita la interacción entre las personas. Finalmente si no se logran los resultados esperados, al menos tendremos un mejor repertorio de anécdotas e historias para contarle a nuestros hijos.
  3. Hay que reírse más seguido. Las empresas felices trabajan en armonía produciendo más y mejor.

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